En los sombríos días de Invierno como hoy, en éste rincón de Seattle, los altavoces de mi equipo de sonido hacen de chimenea. Me froto las manos y las acerco a su vera. El sonido Mediterráneo de Chano Domiguez me da candela. Me conforta.
Echo mucho de menos la cultura Mediterránea en la que crecí, sembrada de domingos al sol disfrutando del agua, las buenas comidas familiares, los amigos, y la música latina que nos da la vida. Sin la fusión de los sonidos de Dorantes, Avishai Cohen, Iceberg… no podría sobrevivir.
En ésta portada he jugado a transmitir las sensaciones de diversión, diversidad, libertad y alegría de la música de fusión. He disfrutado mucho utilizando estilos abstractos y coloristas inspirados en artistas de mi tierra a los que admiro desde niño, como Joan Miró, Pablo Picasso y Rafael Alberti.
El calor de mis altavoces vuelve a apagarse. ¡Vamos a echar un poco más de Cal Tjader para reavivarlo! Caliento las puntas de los lápices con mi aliento y voy a por otra portada.